Andalucía

Crisis en los chiringuitos de Andalucía: la subida de impuestos y el tiempo crean la tormenta perfecta

Un tabernero frente a la crisis de los chiringuitos: "acabaremos tirando el pescado de los espetos"

Un chiringuito de playa cerrado en temporada

Un chiringuito de playa cerrado en temporada / Prensa Ibérica

Manolo Ruiz

Manolo Ruiz

Los chiringuitos de las playas de Andalucía aseguran estar pasando por un momento de crisis y se encuentran "asfixiados" según la patronal. La brutal subida del canon de ocupación impuesto por el Gobierno y la irregularidad del tiempo dibujan la tormenta perfecta para un sector que tras la debacle de la Semana Santa esperaba recuperar activos con la llegada de la temporada de playas.

El descenso de las ventas sumado a una subida enorme del canon de ocupación por parte del Ministerio hace que estemos asfixiados.

Norberto del Castillo

— Presidente de Faeplayas

Los chiringitos de playa andaluces se sienten asfixiados

Los chiringuitos de Andalucía se enfrentan a una tormenta perfecta: no solo meteorológica, sino también económica. Las ventas han caído un alarmante 20% durante marzo y abril en comparación con el mismo período en 2023, según informes de los propios empresarios. La causa no es solo un “invierno de verano y una primavera de invierno” que ha desdibujado las estaciones y desalentado a los turistas, sino también una subida exorbitante del canon de ocupación impuesta por el Ministerio, que ha dejado a los negocios “asfixiados”.

Norberto del Castillo, presidente de la Federación de Empresarios de Playas (Faeplayas), admite que las inclemencias del tiempo no han dañado significativamente las infraestructuras, pero sí han mermado las ventas. El descenso no ha sido uniforme; algunos lugares han resistido mejor que otros, dependiendo de su ubicación y atractivo turístico.

Puesta de sol desde un chiringuito en la Costa Noroeste de Cádiz

Puesta de sol desde un chiringuito en la Costa Noroeste de Cádiz / Manolo Ruiz

La Semana Santa, que este año cayó en marzo, no trajo el repunte esperado debido a las condiciones climáticas adversas. Del Castillo señala que, aunque las expectativas para el verano son positivas, siempre y cuando el clima sea favorable, hay una realidad ineludible: lo que se pierde, no se recupera.

Este escenario plantea preguntas incómodas: ¿Es justo que los chiringuitos sufran las consecuencias de una política de precios gubernamental en tiempos de crisis climática? ¿Está el gobierno haciendo lo suficiente para apoyar a los empresarios locales frente a estos desafíos? Y lo más importante, ¿podrán los chiringuitos sobrevivir a otro verano si las condiciones no mejoran?

Un tabernero frente a la tormenta perfecta

Para José Luis Martínez, autodenominado tabernero, "la Semana Santa ha sido un completo desastre". Las previsiones meteorológicas adversas en la Costa de la Luz provocaron una oleada de cancelaciones que dejaron las calles sin turistas ni cofradías, convirtiendo lo que debería ser una temporada de auge en una ruina económica. “Ni siquiera hemos sacado los veladores, y eso nos ha costado dinero”, lamenta.

La subida de impuestos: otro golpe bajo para los empresarios

Martínez, junto a sus hermanos, gestiona dos chiringuitos de moda en la Costa Noroeste de Cádiz. Para ellos, el anuncio del Ministerio de "la subida salvaje de impuestos ha sido un golpe bajo". “No beneficia a nadie más que a ellos”, afirma con frustración. Los precios de los alimentos no cesan de subir; "el pescado es cada vez más caro y el campo alcanza precios prohibitivos. Mantener un estándar de calidad basado en productos locales y de la costa se ha convertido en un desafío que inevitablemente repercutirá en el precio final de los platos".

Chiringuito en la Costa Noroeste de Cádiz

Chiringuito en la Costa Noroeste de Cádiz / Manolo Ruiz

Cuánto va a costar un espeto de sardinas en el chiringuito en 2024

Los precios de los alimentos no cesan de subir; el pescado es cada vez más caro y el campo alcanza precios prohibitivos.

José Luis Martínez

— Empresario

“¿A cuánto tendré que vender un espeto de sardinas?”, se pregunta mientras analiza los costes: los precios del mercado, los salarios, los nuevos impuestos, la cerveza y el café, que siguen en ascenso. Sentado en su chiringuito, disfrutando de la vista y los servicios que ofrece, realiza el escandallo de dos cervezas y un espetito de sardinas y llega a una conclusión desalentadora: “Acabaré tirando el pescado porque la gente optará por bajar a la playa con su taper de filetes, la tortilla y los tercios de cerveza de marca blanca en la nevera”.